Según datos de Naciones Unidas, entre 1990 y 2020 la población migrante internacional prácticamente se duplicó, al pasar de 153 a 280 millones de personas vivían fuera de su país de origen. Esta tendencia se mantiene si tenemos en cuenta la diferencia por género, en estas tres últimas décadas, entre el 48 y el 49% de la población en contexto de movilidad humana es mujer.

Año tras año, la movilidad forzada aumenta. Según los datos de ACNUR de 2022, se registraron 40 millones de personas refugiadas, solicitantes de asilo y con necesidades de protección (ACNUR, 2023), casi 10 millones más que el año anterior. Un aumento agudo que tiene mucho que ver con las personas desplazadas internacionalmente por la guerra de Ucrania -en tan solo un año, 5.7 millones-, las cuales, sumadas a los desplazamientos de otras nacionalidades, especialmente afganas y venezolanas, acentúan la tendencia creciente de personas refugiadas desde comienzos del siglo. Se estima que cerca del 51% del total de personas refugiadas son mujeres y niñas , y que de estas, al menos el 20% son niñas. (ACNUR, 2023)

A finales de 2022, 108.4 millones de personas se vieron forzadas a desplazarse tanto fuera de las fronteras de su país como dentro de ellas. De todas ellas, el 50% son mujeres: es decir, 54.2 millones de mujeres migraron de manera forzada. Y por eso hoy, queremos acordarnos de todas ellas.

A pesar de la reconocida falta de información y datos sobre migración de mujeres y niñas, las últimas décadas reflejan cambios en los patrones migratorios, especialmente en 4 aspectos:

  1. La migración de las mujeres está creciendo a un ritmo mayor que la de los hombres.
  2. Cada vez más mujeres viajan de manera independiente, en contraste con las que lo hacen siguiendo a sus familiares o parejas.
  3. Se ha producido una nueva y sexualizada división internacional de trabajo. Aumenta la demanda de mujeres migrantes para el empleo en sectores tradicionalmente mal remunerados, en la informalidad, y con condiciones de trabajo sub-óptimas.
  4. Las mujeres migrantes participan de manera activa y son una parte fundamental de la “cadena global de cuidados”, que palia la crisis global en la provisión de cuidados (Iniciativa Spotlight para América Latina, 2021).

En cuanto a países de origen, Siria, que representa 1 de cada 5 personas refugiadas en el mundo (6.5 millones), sigue siendo el país con mayor número de personas que no pueden volver a su país porque su vida, libertad o integridad corre peligro. Le siguen de cerca Ucrania, Afganistán y Venezuela, países que superan los 5 millones de personas ( ACNUR, 2023).

Un dato revelador de la cronificación y el aumento de situaciones de conflicto en los que la población debe huir es el aumento sin precedentes de las solicitudes de asilo en 2022. Se registraron casi 2,9 millones de solicitudes, lo cual representa un aumento del 68% en relación a 2021 y un 30% en relación a 2020. Y en la otra cara de la moneda, hay 2.5 millones de personas solicitantes de asilo que iniciaron el proceso antes de 2022. (ACNUR, 2023).

Por su parte, más de 2 de cada 5 nuevas solicitudes de asilo fueron presentadas por personas nacionales de América Latina y el Caribe, principalmente de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Honduras y Haití. Las solicitudes de asilo de personas afganas y sirias también crecieron en comparación con el año anterior (ACNUR, 2023).

En 2022, los cinco países que acogieron el mayor número de personas refugiadas y con necesidades de protección fueron Turquía (3,6 millones), República Islámica de Irán (3,4 millones), Colombia (2,5 millones), Alemania ( 2,1 millones), Pakistán (1,7 millones) (ACNUR, 2023, pg. 3). En cuanto a países que recibieron solicitudes de asilo la geografía sí varía considerablemente, siendo EEUU el país que más solicitudes recibió en 2022– 730.444-, aumentando tres veces la cifra en relación a 2021, seguido muy de lejos por Alemania, Costa Rica, España y México (ACNUR, 2023).

En contraste con frecuentes narrativas en los países del Norte global, la gran mayoría de las personas desplazadas forzadas – refugiadas o solicitantes de asilo- buscan la acogida en países de renta baja o media, que el año pasado acogieron al 76%; y el 70% se mueve hacia países dentro de la misma región. Esta tendencia se ha mantenido en las últimas cinco décadas. Los países de renta alta, con la mayor parte de la riqueza mundial, acogieron solamente al 24% de las personas refugiadas a finales de 2022. Esta proporción es bastante mayor respecto de años anteriores, principalmente debido al número de personas refugiadas ucranianas acogidas en países europeos de renta alta (ACNUR, 2023)

Si lo vemos por regiones, Asia es el continente que acoge a más población refugiada o con necesidad de protección ( 32%) , seguido por Europa (24%) –acrecentado por el éxodo ucraniano- África (20%), Latinoamérica (17%); Norteamérica y Caribe (7%) y Oceanía (0%).

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